Nunca aprendi a tirarme piqueros: Reflexiones a dias de las elecciones
Nunca aprendi a tirarme piqueros. Todos los años, de Marzo a Diciembre imaginaba y me proyectaba tan seguro de que al siguiente verano iba a saltar de ese borde, sin miedo, heroicamente y llamando de paso la atención de todo el público. Sin embargo, llegado el momento decisivo comenzaba a pensar: ¿Y si me golpeo contra el fondo? ¿Y si me da un calambre? ¿Y si se rien de mi? ¿Y no se que mas?. Ya al borde, me arrepentía y me decidía por una segura, pero no por eso menos sexy "bombita".
Hoy día me siento así de nuevo. Estaba SEGURO de votar nulo pero YA NO.
Pensaba...en lo macro, este pais ha cambiado. Los principios de equidad, justicia y libertad (No confundir con liberalismo económico por favor) estan presentes, con mas o menos fuerza, en los relatos de las personas (Hablamos hoy de participación, derechos de las minorías, de pastilla del dia despues, de aborto, etc...). Nadie puede ser honesto y al mismo tiempo decir que esta concertación no ha logrado transformar Chile en un vector de desarrollo humano. Yo estoy con esos cambios y los apoyo.
Sin embargo, no puedo estar con las prácticas que he visto de esta concertación en distintos dominios locales. Quiza he tenido la mala suerte de ver los peores nichos de corrupción y observar como en cada practica se reproduce la exclusión con fuerza y sin ninguna compasión, de la mano de los mismos que prometieron lealtad por la sangre y el sudor de los que lucharon contra la dictadura. Lo he visto en el mundo público, en el mundo privado-publico (Ong´s y otros)y por supuesto lo he visto en el mundo privado. Sinceramente, no me preocupan tanto los Escalona, los Latorre. Me preocupa el germen de la corrupción en el desarrollo local y la verguenza de ofrecer servicios de calidad "pública" aceptando la mediocridad como el standard y la ley del menor esfuerzo como principio rector. En esto no puedo estar en desacuerdo con la centro derecha actual: la gestión es una deuda, sobretodo en el actual perverso sistema que genera la falta de consecuencias. Y creo que si bien se requiere mayor financiamiento, en el estado de la situacion, una reforma tributaria a largo plazo tendría el riesgo de caer en un saco sin fondo.
Por eso, no temí a la derecha ni a los grandes cambios que podrían avecinarse. No me compro la campaña del terror. Creo en la fortaleza de esta democracia, creo poder participar de una oposición responsable e incluso creo que un gobierno de derecha puede hacerlo bien, creando además el escenario para una verdadera refundación de las bases de un movimiento social democrata. Estaba seguro de votar nulo, porque me responsabilizaba de las consecuencias de un gobierno de derecha, en el entendido de que no me parecía del todo malo.
Pero he cambiado mi opinión y por un motivo profundamente relevante.
Siendo un niño en la dictadura, no me enteré de las cosas que pasaban. Y habiendo sido criado en en el contexto de una derecha pinochetista mi ceguera fue mas profunda. Pero como me contó un gran amigo, este pais olía asqueroso y yo de ese olor sí me acuerdo. Hoy miro las cosas de un modo que es imposible no sentir el dolor de muchos que hoy son mis amigos, compañeros de vida y de trabajos. Debo decir que, por la conciencia y responsabilidad que implica el darse cuenta, respeto las historias y los relatos de quienes transformaron el sometimiento en libertad negativa permitiendo que hoy yo pueda hablar webadas y cambiar mi manera de pensar todos los dias sin temer por mi seguridad, la de mi mujer o mis hijas. Debo decir que tengo una lealtad, tengo un compromiso y una deuda con esa historia y esos esfuerzos humanos.
Por lo mismo, acercandose el momento de la votación, no puedo jugar a tirarme piqueros. Se trata de miedo, temor y dolor. Se trata de pensar un pais dirigido por personas que con una tremenda irresponsabilidad política no son capaces de pedir perdón siquiera reconocer el daño hecho a un país y a miles de personas. Se trata de los mismos que ayer destruyeron el tejido social, la educación pública, la política de un país. Se trata de los mismo que violaron una y otra vez los derechos humanos de niños, jovenes y adultos. Se trata de los que mataron, mandaron a matar y supieron que se mataba, asumiendolo como una externalidad de un negocio más que se llamaría Chile.
La ambiguedad de Piñera en esta materia, destruyó toda posibilidad de consenso con mi pensamiento político.
No estoy dispuesto hoy a cometer esa irresponsabilidad. La derecha no va a gobernar en este país. No al menos esta derecha desvergonzada. Fiel a mis discurso posmoderno, no voto por un lider, voto por un nucleo de inteligibilidad, y ese nucleo se llama Concertación y su candidato se llama Eduardo Frei.
Gracias a quienes con sus conversaciones, nuevamente detienen mis irreverentes pero tambien impulsivos deseos. Espero que mi comentario permita a otros reflexionarlos en esa medida.
1.14.2010
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